jueves, 24 de diciembre de 2015

RAFAEL SÁNCHEZ FERLOSIO EN EL CUADERNO DE ZENÓN



           «El viento abrió también un libro de plantas disecadas y se puso a pasar sus hojas. Las flores se mojaban y revivían, trepando por las paredes del salón, invadiéndolo todo, formando una espesa enramada, florida y llena de nidos de donde salían también pájaros que volaban hacia el redondel luminoso del techo.»

Alfanhui
1952


lunes, 14 de diciembre de 2015

GABRIEL JACKSON EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «Cuando Heinrich Himmler visitó Madrid en 1941, en relación con el entrenamiento de la policía política española, desaprobó, por razones prácticas, el promedio de ejecuciones. La desnazificación de Alemania y la desestalinización de Rusia han revelado el alcance del asesinato en masa practicado por los gobiernos totalitarios en el siglo XX. Los hombres que hicieron tales cosas en España siguen siendo sus dirigentes. Naturalmente, desde 1945 no se han comportado como se comportaron de 1936 a 1945. Pero algún día, con un cambio de régimen, el mundo se enterará abiertamente de los crímenes que hoy sólo pueden ser deducidos por evidencias fragmentadas y pobremente documentadas.»

La República española y la guerra civil (1931-1939)
1965



viernes, 4 de diciembre de 2015

LA VIDA SIN NOSOTROS

                Desde que desperté del coma experimento una profunda alteración: escucho los pensamientos de las personas que están cerca de mí. Nada he comentado a Sofía, ni a Zenón; sería embarazoso. Y desde el primer momento trato de librarme de semejante tortura, sin suerte, por cierto.
                Aunque os pudiera parecer lo contrario, aborrezco escucharos. Me desespera la falta de silencio y, a la vez, me aleja de mí mismo. Cada vez me cuesta más acomodarme en mi interior a meditar, a sentirme por dentro.
                Y es que, si al menos algo de lo que oigo fuera de interés, de una mínima profundidad o sensibilidad. Pero no. ¿Os habéis escuchado alguna vez vosotros mismos? Toda vuestra acomodada cobardía, todo vuestro egoísmo –creo que más cercano al autismo que a un simple mecanismo  de autodefensa-, toda vuestra interesada ignorancia, el tozudo individualismo, la indiferente reincidencia en el sometimiento del prójimo, y tantos otros lamentables vicios de reconocido prestigio.
                Lo único que os diré de Sofía y Zenón es que, en ocasiones tienen miedo; miedo a no poder salir adelante, a no estar a la altura, a que todo los que nos rodea se transforme  en un gran bazar en el que cada cosa tenga un precio y solamente los acaudalados puedan disfrutar del aire, del agua y de la tierra.
                Callad de una vez, malditos charlatanes y escucharos en silencio. Sobre vuestro tumulto se edifica la ignorancia; sobre vuestra ignorancia, el sometimiento, y sobre el sometimiento, la perpetuación de una insensata dominación que no podrá restablecer el equilibrio del mundo cuando éste quede definitivamente conmovido.
                La vida seguirá, pero ya sin nosotros.



martes, 24 de noviembre de 2015

LEÓN TOLSTOI EN EL CUADERNO DE ZENÓN


         «Desde finales del siglo pasado, prácticamente cada paso que ha avanzado la humanidad no sólo no ha sido alentado por los gobiernos, sino que incluso ha sido frenado por éstos. Así sucedió con la abolición del castigo corporal, las torturas y el esclavismo, y con el establecimiento de la libertad de prensa y reunión. En nuestro tiempo, el poder estatal y los gobiernos no sólo no contribuyen, sino que directamente obstaculizan cualquier actividad mediante la cual la gente se construya una forma nueva de vida. Cualquier intento de dar solución a cuestiones laborales, agrarias, políticas o religiosas ha topado con la oposición del poder estatal.»

El reino de Dios está en vosotros
1894

sábado, 14 de noviembre de 2015

JUAN HERREZUELO EN EL CUADERNO DE ZENÓN



            «Ahora es el olor de la intimidad femenina, esa fragancia cambiante en que se mezclan especias, sudor, algas, pluma, resina y sangre, el perfume sacramental de la mujer que se desnuda, irguiéndose sobre el asiento del coche, desenrollando bajo la falda el escueto triángulo de tela y goma. Ahora, la visión fugaz de los muslos, de la sombra púbica que se acentúa sobre la carne y se ensortija en el apremiado deseo antes que en los dedos, la pierna que se alza apenas, el costado de una nalga lunar y como enharinada restallando sobre la tapicería.»

El veneno de la fatiga
1999

miércoles, 4 de noviembre de 2015

NO SERÁ IGUAL

-        Creía que te había perdido.
-        Es que me habías perdido, al menos tal como era.
-        ¿Qué quieres decir, Emilio?
-        No sé si sabré explicártelo. Verás, Sofía, desde el primer momento en que pareció que perdía la conciencia lo que sucedió realmente es que dejé de sentirme materialmente. Fue como si me estuviera convirtiendo en una nube y tomara conciencia de mi nuevo estado como una constelación de enjambres energéticos. Sentía cómo esa energía recorría mi ser de unas partes a otras y trasladaba pensamientos. Cada vez me sentía menos pesado, menos material, más difuso. Y a la vez me sentía fundirme con todo lo que estaba cerca de mí. Sentí claramente cómo me penetraba tu dolor. Ese pensamiento atravesó mi conciencia de manera fulminante, como un zumbido de baja frecuencia obsesivamente redundante. Te parecerá extraño, pero tu dolor era bello. De manera simultánea  me atravesó, cristalizando por el camino en insólitas, extraordinarias figuras, la intensidad de tu amor. Y no sé si me creerás si te digo que aquellos cristales parecían haber atrapado cada uno una partícula del dolor rodeándolas de serenidad y de sentido.
-        Me cuesta entenderte. No me quito de la cabeza que fueron muchos días. Demasiados.
-        Sí. Recuerdo todo con una exactitud que me da miedo. Me sentía tan diferente. Es extraño no sentir necesidad de nada en absoluto, reconocer un destino y encaminarte hacia él a la vez expandiéndote y contrayéndote. Ha sido un viaje hacia el interior y hacia el exterior. En el interior había trazas, evidencias de todo lo que hemos compartido y me reconocía en ello. Era confortable.  Hacia el exterior la energía del maestro me precedía abriendo camino hacia la fuente de toda la energía. Creo que había recorrido un largo camino hacia ella cuando sentí una fuente de baja intensidad que me atraía en sentido contrario. Fue tomando fuerza, fue creciendo en ímpetu a la vez que reconvenía a la gran fuente, no con acritud, sino afectiva, respetuosamente. Entonces comencé a reconocer la voz de Zenón y sentí su mano.
-        ¿Por qué volviste por él y no por mí?
-        Por ti estaba dispuesto a llegar más allá de cualquier límite. Sabía que volvería a ti al final del viaje. Pero Zenón no está preparado.
-        Nada será igual.
-        Soñar no será igual.


sábado, 24 de octubre de 2015

OMAR KHAYYAM EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «Sueño sobre la tierra. Sueño bajo la tierra. Sobre la tierra, bajo la tierra, cuerpos que yacen. Por doquiera es la nada. Desierto de la nada. Seres que llegan. Seres que se extinguen.»

Rubaiyat
Omar Khayyam  [1048 – 1131]


miércoles, 14 de octubre de 2015

LOU MARINOFF EN EL CUADERNO DE ZENÓN



           «Igual que los músculos, la voluntad se fortalece mediante el ejercicio regular.»

El poder del Tao
Lou Marinoff
2011


domingo, 4 de octubre de 2015

LAS DESPEDIDAS

                Todas  las despedidas se ocultan en la noche, donde nos saben firmemente vulnerables. La noche de Jean Jacques, la noche de Emilio, la noche de la soledad y de la ausencia, de la impotencia, de la desesperación.
                Había contado las horas, las respiraciones, los murmullos. Y ya no creía que despertaría. Había anotado frases aparentemente inconexas de sus sueños para descubrir después que eran versos, que se comunicaba conmigo.
                No eran versos de despedida; eran versos de esperanza. ¿Qué hacer con un hombre que está donde desea? ¿Cómo despertarlo para hacerle regresar si estaba descubriendo algo más allá de la vida y de la muerte?
                La noche de sus sueños era la despedida; la despedida entre el maestro y el alumno. Él me dictaba su esperanza. Yo recogía los versos entre la desesperación. 
                Fueron días grises, húmedos. La calle estaba insólitamente bulliciosa, como si la fiebre se contagiara por las calles. La frente de Emilio también sufría.
                Aquellos días Zenón se ocupaba de los quehaceres de la casa y del pequeño negocio ambulante de su padre. Siempre que podía, me acompañaba en los cuidados de Emilio, pero no mostraba preocupación.
                Hasta que una tarde empeoró manifiestamente. Zenón estaba lejos. Le avisé por teléfono para que regresara lo antes posible y me dijo algo que no olvidaré nunca: “Tal vez debas ayudarle a nacer a una nueva vida”.
                Después de tres o cuatro horas de lucha, y antes de que llegara su hijo, Emilio dejó de respirar, quedó en silencio. No puedo negar que percibí claramente el aroma de la serenidad, supongo que había llegado a un cierto estado de aceptación. Besaba su tibia mejilla cuando Zenón entró por la puerta. Me vio y comprendió. Se acercó a su padre, lo tomó de la mano y le dijo: “Ya estoy aquí, papá. Ya estoy aquí.” Sus lágrimas asomaban sin rubor. No recordaba haber visto llorar a mi hijo siendo adulto.
                Pero entonces dirigió su mirada hacia mí con un gesto de sorpresa. No entendí. Me mostró la mano de su padre, que agarraba la suya. Emilio tomó aire profundamente.  


jueves, 24 de septiembre de 2015

OSHO EN EL CUADERNO DE ZENÓN


         «La mente es sólo un mecanismo; puede hablar, puede estar callada. El único problema es que no debe ser el maestro; debe ser el sirviente. Y como sirviente es estupendo, pero como maestro es peligroso. Tú debes ser su maestro.»       

Autobiografía de un místico espiritualmente incorrecto
1999


lunes, 14 de septiembre de 2015

EDGAR MORIN EN EL CUADERNO DE ZENÓN


         «De la parte a la vez grávida y pesada, etérea y onírica de la realidad humana (y tal vez de la realidad del mundo) se ha hecho cargo lo irracional, parte maldita y bendita donde la poesía se atiborra y se descarga de sus esencias, las cuales, filtradas y destiladas, podrían y deberían un día llamarse ciencia.»

Introducción al pensamiento complejo
1990



viernes, 4 de septiembre de 2015

EL ESPACIO

                La distancia entre Emilio y yo es a menudo consecuencia de una correlación de hechos físicos, constantes carambolas del ir o venir que nos ocupa, pero también puede deberse a una infrecuencia  de estados metafísicos que ensanchan el espacio entre nosotros expandiendo el interior, desplazando a la periferia latente la presencia del otro.
                En esa inmensidad la comunicación queda reducida a una palpitación íntima. Es lo más parecido a la libertad que yo conozco. Y es el estado en que acaba de ingresar Emilio.
                Y es también el mayor estado de sufrimiento que conozco; sólo regresará cuando logre consolar el dolor de la impotencia que le produce todo aquello que no comprende. 
                En ocasiones he sentido que la palpitación que nos unía era la última. Y cuanto más última, más íntima. Y cuanto más íntima, más pródiga. Hasta sublimar la conciencia en una suerte de comprensión mutua que acababa despertando de nuevo su ansia por vivir.
                Y volver a nacer. Al contraer el espacio entre nosotros y amarse. O ser amado.
                Pero hasta ese momento…


lunes, 24 de agosto de 2015

FEDERICO MAYOR ZARAGOZA EN EL CUADERNO DE ZENÓN



         «Los derechos de las generaciones futuras son los deberes de las actuales. Su existencia precisa de nuestro esfuerzo; su vigencia dependerá del grado en que nos preocupemos y ocupemos ahora de ellos. »
  
Federico Mayor Zaragoza
1998


viernes, 14 de agosto de 2015

MANTRA JAINISTA EN EL CUADERNO DE ZENÓN




        «Me postro a los pies de todos aquellos que se han conocido a sí mismos.»

Mantra jainista
(traducción/interpretación de Osho)
Autobiografía de un místico espiritualmente incorrecto
OSHO
1999

martes, 4 de agosto de 2015

UNA NUEVA PARTITURA II

                La única partitura que creo poder seguir en este momento es una partitura en blanco, una especie de configuración organizada del silencio.
                Porque el silencio no es plano, no es incoloro. El silencio es la conquista de un relieve. A veces lo imagino cuando escucho música tribal, de obsesiva percusión. El sonido asciende formando increíbles relieves y, de pronto, todo enmudece cayendo en la inmensidad de un profundo valle. Desde allí abajo puede sonar un lejano rumor y comenzar a construir de nuevo el sonido, de nuevo la música.
                No me encuentro identificado en estos momentos con las alturas de la estridencia elemental de un ritmo feroz. Estoy abajo. Estoy cansado, en silencio, escuchando lejanos rumores que no me amenazan.
                Dejadme un poco más aquí solo.


viernes, 24 de julio de 2015

IRINA MATVEIKOVA EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «Según las teorías del doctor R. Anderson, todos tenemos las llamadas “memorias celulares”: cada emoción fuerte es un rayo de energía que, por ser tan concentrado e impactante, deja una impresión electromagnética y se queda grabada dentro de nuestros tejidos biológicos; podemos guardar datos y recuerdos de la misma forma que lo hacemos usando los medios digitales; en este caso, la denominamos “memoria celular”, es un depósito de la memoria en las mucosas digestivas.»

Inteligencia digestiva
2011


martes, 14 de julio de 2015

JAVIER KRAHE EN EL CUADERNO DE ZENÓN


«Señor Juez, nada más le quería decir
que en el día de hoy, cansado de vivir
me decido a causar mi baja,
la eterna, la fetén, me excluyo del padrón,
y aquí a renglón seguido le expongo la razón
por la cual rompo la baraja.

No piense en una tragicomedia de amor,
que sufro un cáncer y no soporto el dolor,
que rechazo ir a un asilo;
que perdí la razón, la potencia sexual,
que estoy a fin de mes, que si tal, que si cual,
ni otras cosas por el estilo.

Radiante de salud, en la flor de la edad
me va muy bien en todo con la salvedad
de un hastío tan persistente
que vivir para mí es de una insipidez
que me estomaga y me conduce, señor Juez,
a salirme por la tangente.

Lo que me finiquita el quid de la cuestión
no es ni más ni menos que la célebre opresión
entendida en sentido lato.
Ya me comprende usted, qué le voy a explicar,
si aquí en este redil juzgar es sojuzgar
y de eso sabrá usted un rato.

Si yo fuera mujer, minoría racial,
cristiano de base, zurdo, homosexual,
Tercer Mundo, obrero, artista,
me podría sumar a su revolución,
pero al no ser así, ofrecer mi adhesión
me parece paternalista.

No puedo trastocar mi sexo, ni mi piel,
mi ateísmo, mis manos, mis lunas de miel,
desclasarme o pulsar la lira.
Y aunque pudiera, qué, no sería ya igual,
no sería quien soy, motivo primordial
por el que un servidor suspira.

Y si no soy quien soy, es una ingenuidad
creer que si me ahorco tengo libertad
más que para escoger la soga.
¡Mi asesino es usted!, ¿por qué no lo iba a ser?,
representa la ley, simboliza el poder,
el poder y quien se lo harroga...»

Aquí ya me indigné, di la carta al ujier,
-Archive esto por ahí-. No lo podréis creer:
¡escribía arroga con hache!, ¡escribía arroga con hache!
Y las faltas así, desde hace ya algún tiempo
es que no las aguanto, me ponen a cien.
Estaré atravesando un bache.



Del álbum “Aparejo de fortuna”
1984




sábado, 4 de julio de 2015

UNA NUEVA PARTITURA

                Puede que sea irrelevante, pero no me abandona la sensación de estar desafinado. Cada parte de mi cuerpo y mi propia mente van por caminos distintos. El desacuerdo hace que camine como un pato por la mañana, o que tire al suelo el objeto que iba a coger, que el dolor modifique de manera pertinaz mi humor, o tal vez  que me equivoque al abotonar la camisa.
                Añoro aquella conciencia de saber todo mi yo armonizado, como una orquesta en la que cada instrumento se sentía orgulloso de su momento en la partitura y se sumergía a la vez, diligente, en la anónima comunión del conjunto.
                No dejo de preguntarme qué puede faltar ¿Tal vez un director de la orquesta? Pero ese, en todo caso, debería ser yo mismo. ¿Una partitura?
                ¿Qué partitura estaría dispuesto a interpretar a partir de hoy?

                

miércoles, 24 de junio de 2015

MARCO AURELIO EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «¿Se teme el cambio? ¿Y qué puede producirse sin cambio?.»

Meditaciones
168-180 d de C.



domingo, 14 de junio de 2015

CONCEPCIÓN ARENAL EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «Para la mayor parte de las cosas importantes que constituyen la prosperidad y el progreso de los pueblos modernos, no puede haber opinión pública cuando falta acción pública.»

La mujer de su casa
1883


jueves, 4 de junio de 2015

EL PODER DEL DESEO II

                Pero lo cierto es que hay demasiados miedos que se agarran a la realidad cual pústula, llegando a  ocultar su verdadera naturaleza.  Al pensar en la ausencia de Jean Jacques, lo primero que me asaltó fue el miedo al futuro, un futuro que no es ni más ni menos que la morada de los días concedidos al porvenir de nuestros hijos, que esperamos que sean muchos y muy venturosos.
                ¿Qué podéis esperar de una madre? Corren tiempos de una gran incertidumbre para toda una generación de jóvenes de gran talento. Miro a su alrededor y veo un mundo empobrecido, sumido en el estrés de una explotación salvaje, decantándose hacia el caos. Por más que intento no alimentar esta tormenta perfecta, hay demasiadas fuerzas conmoviendo el orden que hemos conocido.
                Es en esta circunstancia cuando nos encontramos Zenón, Emilio y yo en el salón y le transmito a nuestro hijo mis obsesiones. Sin embargo, la respuesta que obtengo no es la que esperaba. Me habla de un experimento con animales de laboratorio, de cómo los acostumbran a tomar agua con azúcar y, al cabo de unos días, disminuyen la proporción de azúcar hasta provocar un estado de frustración por una expectativa no cumplida. Frente a éstos, sendas jaulas resultan ser morada de otros infelices a los que no han proporcionado la solución edulcorada. No esperan su ración de azúcar en el agua y, por tanto, no experimentan ningún tipo de frustración: no hay expectativa de “dulce porvenir”.
                “¿Qué crees que va a pasar con nosotros, mamá?” me dice Zenón. “¿Cuáles crees que pueden ser nuestras expectativas?”
                Emilio le observa y apostilla: “¿Cómo es posible que no seamos capaces de ver el mundo con vuestros ojos?... ¿Incluso de vernos a nosotros mismos con vuestros ojos?”


domingo, 24 de mayo de 2015

JOSÉ ÁNGEL VALENTE EN EL CUADERNO DE ZENÓN




           «Supo,
            después de mucho tiempo en la espera metódica
            de quien aguarda un día
            el seco golpe del azar,
            que sólo en su omisión o en su vacío
            el último fragmento llegaría a existir.»

Fragmentos de un libro futuro
2000


jueves, 14 de mayo de 2015

JAVIER CAMPOS EN EL CUADERNO DE ZENÓN

  

         «La tierra prometida es algo menos emocionante hoy. A menudo creamos mitos que nuestra imaginación deja crecer sin mesura. Cuando soñamos despiertos somos realmente peligrosos. Sin embargo, hay algo innegable en todo este caos emocional, habitual antes del inicio de la aventura. El Himalaya tiene algo misterioso que ejerce una atracción irresistible, y Kathmandú es su puerta de entrada.»

Tierras de Aventura
Javier Campos

lunes, 4 de mayo de 2015

EL PODER DEL DESEO

                Hasta hace unos días había llegado a dejarme vencer por la complacencia. Tenía la sensación de que existía un orden en nuestras vidas al que sólo hacía falta empujar levemente para que la inercia continuara guiando su rumbo. Hablo de esa seguridad que se siente cuando todas las personas importantes que te rodean son el baluarte que defiende tu casa y tu persona, y tienes la completa certidumbre de que van a seguir estando ahí mañana.
                Pero de pronto hay un mañana en el que falta alguno de estos baluartes.
                No me sentía más insegura. No se trata de eso. Sentí que había perdido algo cuando ya no tenía conciencia de que lo había ganado en algún momento. Teníamos a Jean Jacques y eso era algo que no se cuestionaba. Tal vez uno deja de merecer lo que atesora cuando ya no tiene la impresión de que tiene que luchar por ello cada día.
                He recordado estos días cómo llegué a desear el nacimiento de mi hijo, de Zenón. Estaba dispuesta a luchar por él con toda mi alma. Me sentía poderosa y, a la vez, incompleta. Sabía perfectamente lo que quería y lo deseaba con una intensidad extraordinaria.
                Y esto me ha hecho pensar en el poder de los deseos, en cuánto somos capaces de superar cuando luchamos firmemente por conseguir algo. ¿Por qué toda esa energía se extingue cuando nos sabemos en posesión de nuestro objeto?  
                ¿No sería más conmovedor, más bello, despertar cada día con el deseo de volver a conseguir el amor de mi hombre, o permitir que renazca de nuevo cada mañana mi sentimiento de ser madre? Y luego, al renovar  la emoción de conseguir algo tan deseado, al merecerlo sinceramente, agradecer los dones que la vida nos otorga. Enumerar en largas letanías de gratitud cada uno de ellos, desde el más insignificante hasta el más sublime.
                Y, de ese modo, evocar la magnitud de su presencia un poco más. Proteger a la excelencia del olvido.  Y perseverar.    
            

viernes, 24 de abril de 2015

HANS MAGNUS ENZENSBERGER EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «…Y lo que es peor, ni siquiera podemos demostrar definitivamente que no hay ninguna solución perfecta. Porque eso ya sería algo. Entonces no tendríamos que seguir buscando. Por lo menos habríamos probado que no hay prueba, y al fin y al cabo eso también sería una prueba.»

1997


martes, 14 de abril de 2015

BLAS DE OTERO EN EL CUADERNO DE ZENÓN


         
           «Triste, triste es el mundo,
   como una muchacha huérfana de padre a quien los salteadores de abrazos                                                                                                 [sujetan contra un muro.»

Fragmento del poema Mundo
(del poemario Redoble de conciencia)
1951



sábado, 4 de abril de 2015

LA ÚLTIMA LECCIÓN

                Querida familia, he dejado de ser vuestro maestro. En buena hora.
                Todo lo que sé os lo he entregado. Todo lo que sois me llena de orgullo, no un orgullo necio, sino la mayor fuente de orgullo que pueda existir: dejar de ser para ser en otro.
                Me queda, no obstante, una última lección que comunicaros, la lección que iluminó las últimas horas de mi vida, de mi estado de conciencia terrenal.
                Mi relación con la vida y el porqué de las cosas que he ido conociendo a lo largo de estos innumerables años ha sido a menudo tortuosa. No acababa de entender que el mundo fuera una máquina inconsciente, pero tampoco entendía, en caso de existir un Dios supremo, qué podía haber pretendido con la creación de una especie tan decepcionante como la nuestra.
                Perseguí durante mucho tiempo una explicación. Abandoné la esperanza tantas veces que no sé cómo pude recuperarla nunca. Seguramente el vacío que causa la incomprensión ante las desgracias y la perseverancia de la malignidad humana, de la que pude ser tantas veces testigo,  me empujaron a creer que esa explicación tenía que venir a mí de una u otra manera. La traería hasta mí aunque fuera lo último que hiciera en mi vida. Y así ha sido.
                Lo vislumbré entre la penumbra de mi último encuentro con Sofía: la única imagen plausible de un Creador es la del jardinero.
                Mas no son inflorescencias anodinas lo que ansía obtener con nosotros, no. Se trata de otro cultivo: el de la inteligencia.
                De toda plantación, de toda propagación vegetal nacen ejemplares sanos que evolucionan en una suerte diversa, y que, en el mejor de los casos, ofrecen frutos. Nosotros somos esa masa de cultivo no siempre productiva, diría más, tan poco productiva, de brotes tan  infrecuentes, que cuando sucede una de esas extrañas floraciones, el espectáculo resulta especialmente cautivador.
                En todos mis años de aficionado a la botánica no he sido capaz de ligar un hecho con el otro. Ya lo veis, nuestro pastor ha resultado ser un jardinero. Pensándolo bien,  las ideas necesitan raíces, madurar en un lugar concreto, en un ambiente propicio, para reproducirse en la eclosión de una diáspora de semillas fértiles que volverán a germinar sólo en ambientes propicios, en circunstancias precisas.
                Sin embargo, todo jardinero - lo sé por experiencia-  confiesa ciertas debilidades. Las ideas son hermosas, no obstante hay algo en ellas que acaba alimentando lo peor del ser humano. Crear un mundo para cultivar la inteligencia sólo por las ideas es tentador, pero incompleto. ¿Qué se esconde más allá de ellas?
                El tiempo se me acababa. Exhausto, dejé de buscar la respuesta, de modo que ésta viniera, si lo deseaba, a mí, puesto que yo ya no era capaz de llegar a ella. Me entregué al silencio.
                Y en él se decantó serenamente mi postrera certidumbre.
                El único lenguaje universal es la razón principal de la creación. Dios creó al hombre para cultivar la música. En alguna parte del espacio sin tiempo, o del tiempo sin espacio, vaya usted a saber,  Dios quedó seducido por la música. Y desde entonces no sabe qué demonios hacer con nosotros.


martes, 24 de marzo de 2015

ALLAN WATTS EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «El maestro vigila como un jardinero cuida el crecimiento de un árbol, y quiere que su alumno tenga la actitud del árbol: la actitud de crecimiento sin finalidad para el cual no hay atajos porque cada etapa del camino es a la vez principio y fin.»

El camino del Zen
1958



sábado, 14 de marzo de 2015

CHUANG-TZU EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «En torno de nosotros se producen cosas, pero nadie sabe de dónde. Salen, pero nadie ve la puerta. Todos los hombres estiman la parte del saber conocido. Ignoran cómo servirse de lo Desconocido para alcanzar el saber. ¿No es esto un extravío?»

Siglo IV a. de C.



miércoles, 4 de marzo de 2015

AROMA DE ESPECIAS

                Había regresado Zenón de un largo fin de semana fuera de casa y nos disponíamos a comer juntos, cuando Sofía venía algo alterada de no se sabe dónde. Traía en su mano una carta cerrada y nos buscaba como si la que se hubiese perdido fuera ella.
                - Estamos aquí, en la cocina, Sofía.
                - Ay, madre mía, no os lo vais a creer. Estaba buscando en la biblioteca el libro de recetas veganas y al moverlo, ha caído este sobre cerrado, con letra inconfundible de Jean Jacques. No nos dijo nada sobre él.
                Evidentemente ninguno de nosotros dudaba de que debíamos abrirlo de inmediato y leer su contenido, pero no nos atrevíamos a mover ni un dedo.  Nos mirábamos, mirábamos la misiva sobre la mesa y creo que me traicionó el pensamiento al verbalizar mis conclusiones tal y como me venían a la mente.
                - Si lo dejó junto al libro de recetas, es que quería que la leyera Zenón. Él es el verdadero aficionado a la cocina en esta casa.
                - Tienes razón, Emilio. Pero supongo que podemos escuchar, ¿no?
                Sí, podríamos escuchar, sin duda. Pero la carga emocional era especialmente intensa si aceptábamos que había una intención manifiesta por parte del maestro en relación a quién debía encontrar este mensaje.
                Y así, nuestro hijo abrió el sobre con su estilete, extrajo las hojas, dejó que respirasen el suave aroma de especias que moraba en la estancia y se dispuso a leer…

                 

martes, 24 de febrero de 2015

sábado, 14 de febrero de 2015

AGNES HELLER EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «El antídoto contra el aburrimiento no es, en realidad, la actividad pura y simple, y ni siquiera en todos los casos la que nos es requerida, sino la actividad que tiene un sentido, que permite desarrollar nuestras capacidades humanas.»

Sociología de la vida cotidiana
1970



miércoles, 4 de febrero de 2015

LA INERCIA

                Verdaderamente la inercia no es suficiente para dar sentido a lo que hacemos. La inercia  nunca, en ningún caso, puede ser el fundamento de lo que se hace o se deja de hacer.
                Es cierto que hay momentos en que uno no sabe a dónde va, a dónde debería ir. Pero sí sabe dónde está, sabe que la órbita que abraza a nuestro alrededor todo aquello que amamos no debe dejar de dar vueltas estrechando el cerco íntimamente.
                Ahora que el maestro nos ha dejado y que Zenón pasa largas temporadas fuera de casa, en otra que comienza a ser también la suya, Sofía y yo sentimos el vacío desacostumbrado de nuestra sola compañía. Es un tú y yo que tenemos que volver a construir.
                Por eso ella arruga su nariz contra mi cuello y me conmueve con palabras que se funden al tocarme. Para hablar labio con labio un lenguaje hermético que sólo nos pertenece a nosotros.


miércoles, 14 de enero de 2015

domingo, 4 de enero de 2015

LO QUE SE AVIZORA

                Perder al maestro fue como alterar la química del yo, de mi yo, de nuestros yos. Probablemente se trataba de ese fenómeno que llamamos soledad: una súbita desconexión de nodos, un navegar a la deriva a bordo de un bote sofisticado sin encontrar las instrucciones de uso.
                Bien entendido, era admitir que somos cuando “somos”; en contraposición a un insensato soy y sólo soy,  ridículamente solitario y desvalido que, debo admitirlo,  me hacía sentirme como un falsario. Afortunadamente fue ganando peso la convicción,  la revelación de una especie de herencia de compromiso: las instrucciones de uso estaban en el cajón equivocado y teníamos que apremiarnos a pilotar la nave.
                En toda mudanza hay algo que nos deshabita y algo que se avizora. Sofía se dio cuenta antes que yo: mucho de lo que habíamos perdido con la marcha del maestro se comenzaba a manifestar en algunos cambios evidentes en Zenón.  No fue tanto el hecho de que quisiera acompañarme con nuestra librería trashumante, ayudar en todo lo que pudiera en casa, concedernos en el trato diario algo más de locuacidad o mostrar una inusitada prevención en todo lo referente a economía familiar. Se trataba de algo más profundo: había interpretado la secuencia de acontecimientos como un desafío personal.
                Percibí íntimamente cómo Sofía se rendía a la belleza de aquella transformación. Del mismo modo en que me sentí empujado por su fortaleza a ocupar un nuevo estatus. Y así fue como fuimos adquiriendo cada uno de nosotros una nueva personalidad confeccionada de girones algo maltrechos de lo que había sido la influencia de Jean Jacques en nuestras vidas.
                Al fin y al cabo uno es lo que es, o lo que cree que es. Pero no es menos lo que los demás ven en uno. Y nosotros, tal vez,  veíamos en nuestro maestro lo que él trataba de mostrarnos de nosotros mismos.

                De lo que no cabe ninguna duda es que aquí comenzaba una nueva historia y dicha historia no iba a ser menos merecedora de ser vivida que de ser contada.