sábado, 4 de julio de 2015

UNA NUEVA PARTITURA

                Puede que sea irrelevante, pero no me abandona la sensación de estar desafinado. Cada parte de mi cuerpo y mi propia mente van por caminos distintos. El desacuerdo hace que camine como un pato por la mañana, o que tire al suelo el objeto que iba a coger, que el dolor modifique de manera pertinaz mi humor, o tal vez  que me equivoque al abotonar la camisa.
                Añoro aquella conciencia de saber todo mi yo armonizado, como una orquesta en la que cada instrumento se sentía orgulloso de su momento en la partitura y se sumergía a la vez, diligente, en la anónima comunión del conjunto.
                No dejo de preguntarme qué puede faltar ¿Tal vez un director de la orquesta? Pero ese, en todo caso, debería ser yo mismo. ¿Una partitura?
                ¿Qué partitura estaría dispuesto a interpretar a partir de hoy?