martes, 24 de noviembre de 2015

LEÓN TOLSTOI EN EL CUADERNO DE ZENÓN


         «Desde finales del siglo pasado, prácticamente cada paso que ha avanzado la humanidad no sólo no ha sido alentado por los gobiernos, sino que incluso ha sido frenado por éstos. Así sucedió con la abolición del castigo corporal, las torturas y el esclavismo, y con el establecimiento de la libertad de prensa y reunión. En nuestro tiempo, el poder estatal y los gobiernos no sólo no contribuyen, sino que directamente obstaculizan cualquier actividad mediante la cual la gente se construya una forma nueva de vida. Cualquier intento de dar solución a cuestiones laborales, agrarias, políticas o religiosas ha topado con la oposición del poder estatal.»

El reino de Dios está en vosotros
1894

sábado, 14 de noviembre de 2015

JUAN HERREZUELO EN EL CUADERNO DE ZENÓN



            «Ahora es el olor de la intimidad femenina, esa fragancia cambiante en que se mezclan especias, sudor, algas, pluma, resina y sangre, el perfume sacramental de la mujer que se desnuda, irguiéndose sobre el asiento del coche, desenrollando bajo la falda el escueto triángulo de tela y goma. Ahora, la visión fugaz de los muslos, de la sombra púbica que se acentúa sobre la carne y se ensortija en el apremiado deseo antes que en los dedos, la pierna que se alza apenas, el costado de una nalga lunar y como enharinada restallando sobre la tapicería.»

El veneno de la fatiga
1999

miércoles, 4 de noviembre de 2015

NO SERÁ IGUAL

-        Creía que te había perdido.
-        Es que me habías perdido, al menos tal como era.
-        ¿Qué quieres decir, Emilio?
-        No sé si sabré explicártelo. Verás, Sofía, desde el primer momento en que pareció que perdía la conciencia lo que sucedió realmente es que dejé de sentirme materialmente. Fue como si me estuviera convirtiendo en una nube y tomara conciencia de mi nuevo estado como una constelación de enjambres energéticos. Sentía cómo esa energía recorría mi ser de unas partes a otras y trasladaba pensamientos. Cada vez me sentía menos pesado, menos material, más difuso. Y a la vez me sentía fundirme con todo lo que estaba cerca de mí. Sentí claramente cómo me penetraba tu dolor. Ese pensamiento atravesó mi conciencia de manera fulminante, como un zumbido de baja frecuencia obsesivamente redundante. Te parecerá extraño, pero tu dolor era bello. De manera simultánea  me atravesó, cristalizando por el camino en insólitas, extraordinarias figuras, la intensidad de tu amor. Y no sé si me creerás si te digo que aquellos cristales parecían haber atrapado cada uno una partícula del dolor rodeándolas de serenidad y de sentido.
-        Me cuesta entenderte. No me quito de la cabeza que fueron muchos días. Demasiados.
-        Sí. Recuerdo todo con una exactitud que me da miedo. Me sentía tan diferente. Es extraño no sentir necesidad de nada en absoluto, reconocer un destino y encaminarte hacia él a la vez expandiéndote y contrayéndote. Ha sido un viaje hacia el interior y hacia el exterior. En el interior había trazas, evidencias de todo lo que hemos compartido y me reconocía en ello. Era confortable.  Hacia el exterior la energía del maestro me precedía abriendo camino hacia la fuente de toda la energía. Creo que había recorrido un largo camino hacia ella cuando sentí una fuente de baja intensidad que me atraía en sentido contrario. Fue tomando fuerza, fue creciendo en ímpetu a la vez que reconvenía a la gran fuente, no con acritud, sino afectiva, respetuosamente. Entonces comencé a reconocer la voz de Zenón y sentí su mano.
-        ¿Por qué volviste por él y no por mí?
-        Por ti estaba dispuesto a llegar más allá de cualquier límite. Sabía que volvería a ti al final del viaje. Pero Zenón no está preparado.
-        Nada será igual.
-        Soñar no será igual.