«No somos
pobres, sino pródigos del tiempo; sucediendo lo que a las grandes y reales
riquezas, que si llegan a manos de dueños poco cuerdos, se disipan en un
instante; y al contrario, las cortas y limitadas, entrando en poder de próvidos
administradores, crecen con el uso.»
De la brevedad de la vida
Lucio Anneo Séneca
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