« [Teólogos y metafísicos] no cesarán de preguntar las causas de las causas, hasta que os refugiéis en la voluntad de Dios, ese asilo de la ignorancia.[…] Y de aquí proviene que quien investiga las verdaderas causas de los milagros y procura, tocante a las cosas naturales, entenderlas como sabio y no admirarlas como necio, sea considerado hereje e impío y proclamado tal por aquellos a quien el vulgo adora como intérpretes de la naturaleza y de los dioses. Porque ellos saben que, suprimida la ignorancia, se suprime la estúpida admiración, esto es, se les quita el único medio que tienen de argumentar y de preservar su autoridad. »
Ética demostrada
según el orden geométrico
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