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Ser padre es tener un privilegio sin igual. Es
engrandecer nuestra esencia. Es tener un compromiso permanente con la vida. Es cuestionarse
y analizarse continuamente para tratar
de aprender un oficio inimitable. Es entregarse y, sin embargo, educar en las
virtudes más espartanas: humildad, serenidad, modestia, austeridad, prudencia.
Pero también orgullo, convicción, soberanía, singularidad, cooperación, osadía.
Y aun con todo eso ser padre es algo muy distinto a ser madre. Yo diría que no
alcanzamos a entender lo que significa la maternidad y lo que no se entiende,
no se aprecia o se desprecia. Tal vez deberías hablar tú de ello, Sofía.
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Sí, tal vez en otro momento, porque hoy el
entrevistado eres tú.
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Claro
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Dime una cosa, Emilio, ¿Qué echas en falta de
otros tiempos que has vivido?
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Las palabras.
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Explícamelo, por favor.
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Hay multitud de palabras que eran importantes y hoy
ya no se usan. Parece que el mundo haya cambiado más de lo que realmente lo ha
hecho por haber mudado su lenguaje. Es cierto que las palabras desaparecen
porque lo hacen los objetos que nombraban. Pero no es así en todos los casos.
La verdad es que estoy recogiendo en un cuaderno esas palabras, porque me ayuda
tenerlas conmigo. Me hace sentir que no estoy tan lejos. Voy apuntando mis
recuerdos con ellas y quizás un día sea útil para quienes quieran recuperar lo
que significaron.
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Me parece una idea excelente. Te propongo que le
demos difusión desde el programa y vayamos entregando a nuestros oyentes esas
palabras poco a poco.
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Magnífico.
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No me has hablado de tu maestro.
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Sería un atrevimiento.
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¿Ni siquiera una breve glosa, un elogio?
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No podría expresarte todo el agradecimiento que
siento por él. Sería inútil. Tener un modelo es algo muy peligroso. Resulta ser
una guía comodísima de seguir, pero también es una luz remota que nunca llegas
a alcanzar. No quiero pensar lo que para muchos es una vida sin maestros, bien
porque no los hayan tenido, bien por haber despreciado los que tuvieron. Porque
preguntas tenemos todos constantemente y las respuestas que circulan suelen ser
juegos de prestidigitación que más bien esconden el problema. Las preguntas
difíciles no tienen respuestas fáciles. Los problemas complejos no tienen
soluciones sencillas.
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¿Tienes miedo a algo?
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A la ignorancia
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¿Y qué es lo que alimenta tu esperanza?
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El eterno retorno de la belleza, por ejemplo.
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¿Tenemos una misión en la vida?
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Tenemos varias misiones a cuál más importante.
Antes hablábamos de una: ser padre o madre, pero hay más. Cada uno ha de
identificar y definir las suyas. Pero el concepto de misión viene de missio, que es envío, y tiene una dimensión
interesante en cuanto que existe un receptor o varios de dicha iniciativa. No
hay misión sin beneficiario.
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¿Cómo quieres acabar esta entrevista?
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Besándote.