«Una serie de estudios psicológicos realizados en los últimos veinte años ha revelado que, después de pasar algún tiempo en un entorno rural tranquilo, cerca de la naturaleza, las personas muestran una mayor atención, una memoria más fiel y una cognición en general mejorada. […]
No
sólo el pensamiento profundo requiere una mente tranquila, atenta. También la
empatía y la compasión […] Las emociones superiores surgen de unos procesos
neuronales que son inherentemente lentos. […]
Cuanto
más nos acostumbramos a nuestros ordenadores y dependemos de ellos, más fácil
es que caigamos en la tentación de confiarles “tareas que requieren sabiduría”.
»
Superficiales. ¿Qué
está haciendo Internet con nuestras mentes?
2010