«Desde finales del siglo pasado,
prácticamente cada paso que ha avanzado la humanidad no sólo no ha sido
alentado por los gobiernos, sino que incluso ha sido frenado por éstos. Así
sucedió con la abolición del castigo corporal, las torturas y el esclavismo, y
con el establecimiento de la libertad de prensa y reunión. En nuestro tiempo,
el poder estatal y los gobiernos no sólo no contribuyen, sino que directamente
obstaculizan cualquier actividad mediante la cual la gente se construya una
forma nueva de vida. Cualquier intento de dar solución a cuestiones laborales,
agrarias, políticas o religiosas ha topado con la oposición del poder estatal.»
El reino de Dios está en vosotros
1894