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Creía que te había perdido.
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Es que me habías perdido, al menos tal como era.
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¿Qué quieres decir, Emilio?
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No sé si sabré explicártelo. Verás, Sofía, desde
el primer momento en que pareció que perdía la conciencia lo que sucedió
realmente es que dejé de sentirme materialmente. Fue como si me estuviera
convirtiendo en una nube y tomara conciencia de mi nuevo estado como una
constelación de enjambres energéticos. Sentía cómo esa energía recorría mi ser
de unas partes a otras y trasladaba pensamientos. Cada vez me sentía menos
pesado, menos material, más difuso. Y a la vez me sentía fundirme con todo lo
que estaba cerca de mí. Sentí claramente cómo me penetraba tu dolor. Ese
pensamiento atravesó mi conciencia de manera fulminante, como un zumbido de
baja frecuencia obsesivamente redundante. Te parecerá extraño, pero tu dolor
era bello. De manera simultánea me
atravesó, cristalizando por el camino en insólitas, extraordinarias figuras, la
intensidad de tu amor. Y no sé si me creerás si te digo que aquellos cristales
parecían haber atrapado cada uno una partícula del dolor rodeándolas de
serenidad y de sentido.
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Me cuesta entenderte. No me quito de la cabeza
que fueron muchos días. Demasiados.
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Sí. Recuerdo todo con una exactitud que me da
miedo. Me sentía tan diferente. Es extraño no sentir necesidad de nada en
absoluto, reconocer un destino y encaminarte hacia él a la vez expandiéndote y
contrayéndote. Ha sido un viaje hacia el interior y hacia el exterior. En el
interior había trazas, evidencias de todo lo que hemos compartido y me
reconocía en ello. Era confortable. Hacia el exterior la energía del maestro me precedía
abriendo camino hacia la fuente de toda la energía. Creo que había recorrido un
largo camino hacia ella cuando sentí una fuente de baja intensidad que me atraía
en sentido contrario. Fue tomando fuerza, fue creciendo en ímpetu a la vez que
reconvenía a la gran fuente, no con acritud, sino afectiva, respetuosamente. Entonces
comencé a reconocer la voz de Zenón y sentí su mano.
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¿Por qué volviste por él y no por mí?
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Por ti estaba dispuesto a llegar más allá de
cualquier límite. Sabía que volvería a ti al final del viaje. Pero Zenón no
está preparado.
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Nada será igual.
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Soñar no será igual.