jueves, 30 de junio de 2016

SOLAS LIMBIC BAND

                Tenía por costumbre Ramón Trecet, en su inolvidable Diálogos 3, aplicar una estrategia promocional infalible cuando nos descubría un nuevo talento: repetía y repetía hasta la saciedad la reproducción de determinados temas. De este modo, de la repetición pasábamos a la familiaridad, de la familiaridad a la sensación placentera y de ésta última a la intuición de coherencia (ver Daniel Kahneman).        
                Visto desde una perspectiva crudamente psicológica esto no es más que un juego de adicción más o menos blanda que captura los circuitos límbicos, los mecanismos del placer. Pero esta es una interpretación de la realidad torpe, parcelada, insulsa.
                El ser vivo es una máquina auto-organizada, cuyos componentes -poco fiables, por cierto- se renuevan constantemente de manera que el organismo permanece idéntico a sí mismo. (ver Edgar Morin); es un sistema abierto. Esta cualidad crea una relación de permeabilidad adaptativa de una complejidad inimaginable.
Me río de los neurólogos cuando hablan del cerebro sin pensar que la masa atómica (lo que podríamos considerar realmente materia) es irrelevante dentro del basto espacio de un átomo. El cerebro es un inmenso vacío, como el organismo entero, como todo lo que nos rodea.
Ah, amigos, qué tragedia. O no. ¿Cuál es la cualidad del vacío?
           «Cuando el viento poderoso se detiene, las oquedades se vacían de silencio.», dice Zuang Zi. Y es que el Tao abraza el vacío como la fuente irreductible de todo. 
«No aprehendemos con facilidad el hecho de que el vacío es creativo, ni que el ser emana del no ser, al igual que el sonido emana del silencio y la luz del espacio.», dice Alan Watts. 
Entonces,¿la música se escucha?,¿se absorbe?,¿se decanta?,¿se precipita?,¿fluye?,¿se inocula? Y dentro de ese sistema abierto, de ese organismo permeable y en constante transformación ¿de qué manera interviene la música?,¿puede atravesar la materia atómica?,¿puede transformarla?,¿puede llegar a nuestro vacío inmanente?,¿puede transformarlo?               
Dicen que los aromas acceden a mayor profundidad en nuestra memoria. Yo creo que cuando la música alcanza esas profundidades con la misma o mayor intensidad que los aromas es porque el cauce se ha desbordado hacia la dimensión de nuestro vacío sustancial.               
Y aun así, hay más. Cuando escucho Solas tengo la sensación de que es un conjunto orgánico, no mecánico; es decir, que no es un todo formado de partes que se unen, se encajan y funcionan más o menos afinados. Ellos tienen la cualidad de una semilla que ha sido plantada y desarrolla su esencia hasta formar un organismo completo. «Un árbol no está hecho de madera: es madera.», dice Alan Watts. Y continúa: «La semilla crece en la planta a causa de una expansión que tiene lugar en su interior y sus partes u órganos diferenciables se desarrollan simultáneamente, a medida que ésta se expande.» Es el proceso de la vida, es la ley natural -Li-. El orden orgánico frente al orden mecánico. «Li es el orden asimétrico, no repetitivo y no reglamentado que reconocemos en los dibujos que forma el agua al moverse, en las formas de los árboles o de las nubes, en los trazos que deja la escarcha sobre los cristales o en la distribución de los guijarros en la arena de la playa.»
Seguramente disponemos de un lenguaje universal, más allá del ideograma, más allá de la empatía, más allá de lo sensible, y todavía no sabemos utilizarlo para el bien común.