jueves, 4 de septiembre de 2014

VIDA Y CONOCIMIENTO

                Zenón ha regresado antes de hora del trabajo. No estaba enfermo.
                A veces las noticias se llevan por delante el suelo que pisamos, la certidumbre, la perspectiva del camino que ayer veíamos claramente cómo serpenteaba invitándonos a soñar promesas de futuro.
                Las madres lo comprenden de inmediato. Le enseña la foto de su amigo en el móvil. “Hace tan solo dos semanas tomábamos juntos unas cervezas”.
                Y vuelve a mi mente la imagen del árbol derribado por el viento, agarrado a tierra a penas por una raíz y reverdecido.
                Si la vida es un imperativo per se, si el conocimiento es consustancial a ella, ¿qué demonios es el sufrimiento? ¿Cómo ligan vida y conocimiento? ¿En qué nos estamos equivocando?