domingo, 4 de mayo de 2014

LA CONCIENCIA DEL MAESTRO

                De repente un relámpago se coló por las rendijas de las viejas y desencajadas contraventanas. Se había hecho de noche y se acercaba una tormenta. Al retumbar, el trueno sacó a Sofía de su estado meditativo afilando el vértigo de una obsesiva cuestión que hacía rato que le daba vueltas en la cabeza.
                - Hay una cosa que no entiendo, Jean Jacques. ¿Qué fue lo que hizo que dejara de verme con los ojos de un hombre que mira a una mujer y comenzara a verme con los ojos de un maestro que observa a su discípulo?
                - Qué gran pregunta, Sofía. Tan grande y tan oportuna es que debo confesarte que no hace tanto tiempo que he llegado a comprenderlo.
                Un segundo trueno y un contenido silencio dieron fe de la solemnidad de las palabras que vendrían.
                - La conciencia de ser para quien profesa la convicción del magisterio es esta: no verás a una persona en lo que realmente es, si no eres capaz al mismo tiempo de ver lo que puede llegar a ser; no podrás dejar de procurar todo cuanto esa persona necesite para llegar a ser aquello a lo que está llamada. El verdadero maestro no es el que se crea grandes expectativas de sus pupilos; es el que promueve el cumplimiento de unas expectativas rigurosamente precisas. Este es el don: presentir las expectativas. Evidentemente esto es algo que estaba comenzando a experimentar cuando te conocí,  de una manera torpe, intuitiva.
                - ¿Y esas expectativas sobre mi persona se han cumplido?
                - No me cabe la menor duda de que todavía no. Queda mucho por delante.
                - Entonces ¿qué espera de mí, maestro?
                - Esa no es la pregunta correcta, Sofía. La pregunta que me corresponde responder en estos días es: ¿qué me queda por hacer, qué más puedo ser capaz de hacer por ti?
                 La lluvia comenzó a golpear con furia el tejado, el asfalto, el frío metal de los vehículos, las aceras,… y luego la nostalgia, la confortabilidad, la contingencia…