Camarada
Paco
Sólo
veo horizontes plausibles allá donde hallo ventanas abiertas a mi ignorancia.
Todo
aquello que me habla de lo conocido huele a usado. Todo aquel que se vacía en
dogmas puede descansar en paz.
Sé que
todo lo que tocamos se convierte en duda.
Sé que
el espejo en el que nos miramos refleja todas nuestras edades.
Y que lo
poco que tenemos es menos que un suspiro. En cambio, lo que perdemos es un
grito descarnado, un duelo superlativo.
Será
porque me hago mayor, pero llevo muy mal los desencuentros.
Siento
la necesidad de declararme en cobardía, pero no me reconozco.
Nada
fue como creímos.
Y, sin
embargo, queda tanto por hacer…