viernes, 24 de julio de 2015

IRINA MATVEIKOVA EN EL CUADERNO DE ZENÓN


           «Según las teorías del doctor R. Anderson, todos tenemos las llamadas “memorias celulares”: cada emoción fuerte es un rayo de energía que, por ser tan concentrado e impactante, deja una impresión electromagnética y se queda grabada dentro de nuestros tejidos biológicos; podemos guardar datos y recuerdos de la misma forma que lo hacemos usando los medios digitales; en este caso, la denominamos “memoria celular”, es un depósito de la memoria en las mucosas digestivas.»

Inteligencia digestiva
2011


martes, 14 de julio de 2015

JAVIER KRAHE EN EL CUADERNO DE ZENÓN


«Señor Juez, nada más le quería decir
que en el día de hoy, cansado de vivir
me decido a causar mi baja,
la eterna, la fetén, me excluyo del padrón,
y aquí a renglón seguido le expongo la razón
por la cual rompo la baraja.

No piense en una tragicomedia de amor,
que sufro un cáncer y no soporto el dolor,
que rechazo ir a un asilo;
que perdí la razón, la potencia sexual,
que estoy a fin de mes, que si tal, que si cual,
ni otras cosas por el estilo.

Radiante de salud, en la flor de la edad
me va muy bien en todo con la salvedad
de un hastío tan persistente
que vivir para mí es de una insipidez
que me estomaga y me conduce, señor Juez,
a salirme por la tangente.

Lo que me finiquita el quid de la cuestión
no es ni más ni menos que la célebre opresión
entendida en sentido lato.
Ya me comprende usted, qué le voy a explicar,
si aquí en este redil juzgar es sojuzgar
y de eso sabrá usted un rato.

Si yo fuera mujer, minoría racial,
cristiano de base, zurdo, homosexual,
Tercer Mundo, obrero, artista,
me podría sumar a su revolución,
pero al no ser así, ofrecer mi adhesión
me parece paternalista.

No puedo trastocar mi sexo, ni mi piel,
mi ateísmo, mis manos, mis lunas de miel,
desclasarme o pulsar la lira.
Y aunque pudiera, qué, no sería ya igual,
no sería quien soy, motivo primordial
por el que un servidor suspira.

Y si no soy quien soy, es una ingenuidad
creer que si me ahorco tengo libertad
más que para escoger la soga.
¡Mi asesino es usted!, ¿por qué no lo iba a ser?,
representa la ley, simboliza el poder,
el poder y quien se lo harroga...»

Aquí ya me indigné, di la carta al ujier,
-Archive esto por ahí-. No lo podréis creer:
¡escribía arroga con hache!, ¡escribía arroga con hache!
Y las faltas así, desde hace ya algún tiempo
es que no las aguanto, me ponen a cien.
Estaré atravesando un bache.



Del álbum “Aparejo de fortuna”
1984




sábado, 4 de julio de 2015

UNA NUEVA PARTITURA

                Puede que sea irrelevante, pero no me abandona la sensación de estar desafinado. Cada parte de mi cuerpo y mi propia mente van por caminos distintos. El desacuerdo hace que camine como un pato por la mañana, o que tire al suelo el objeto que iba a coger, que el dolor modifique de manera pertinaz mi humor, o tal vez  que me equivoque al abotonar la camisa.
                Añoro aquella conciencia de saber todo mi yo armonizado, como una orquesta en la que cada instrumento se sentía orgulloso de su momento en la partitura y se sumergía a la vez, diligente, en la anónima comunión del conjunto.
                No dejo de preguntarme qué puede faltar ¿Tal vez un director de la orquesta? Pero ese, en todo caso, debería ser yo mismo. ¿Una partitura?
                ¿Qué partitura estaría dispuesto a interpretar a partir de hoy?